domingo, julio 31



Concurrente en lo más próximo del tacto. Así es la muerte. Siempre. 


¡Cuánto garrotazo! 
Como efecto de ataviar codiciados frutos.
Y aquello que puedo ser capaz de expresar y entender, de pronto me invade. 
Y el cuerpo -tan fugaz como un soplo-  es proyectado en esa ínfima fracción de tiempo. En el espejo de lo real. 
Un instante donde todo sucumbe o se eleva
o no pasa nada.
Y en la batida observo y te clamo
y apareces con tus millares de ejércitos.
¿Seré experimentada en paciencia? Aún no. El camino no termina.  
¿Frágil? Me cimenté en la piedra angular donde todo reverdece.
Pero este perecedero semblante no es más que envoltorio.  Adentro, lo más profundo, estás tú, mi gran fuerza. Te permití entrar desde pequeña. Tantas veces creí no me amabas, otras tantas de amor me fundías. Tanto dulce, tanto amargo, frío y cálido. Pero siempre te sentía. Fuerte. Tantas veces te desprecié, sin saber que me laceraba a mí misma. Pero siempre Tú me anegas con toda magia y poder. Preservándome como especial tesoro, pasando por alto todos mis yerros, me haces volver, elevándome hasta tu lugar, con tal fuerza que estoy llena de verdadera vida. El-Shaddai mi gran amor.

Cerro Copey 9/07/2011 
9:30





lunes, marzo 28

tertulia con lo intangible

Percibía embelesada el silbo de aquel inmune huerto.
Y allí retorné.
 despojada y descalza
desnudo el corazón
presta a hallar Tus Misterios,
Ceñida del verás amor
Me fue revelado lo oculto a estos ojos de carne,
Tan vanos y falaces
deseé extirparlos,
...pero transfiguraron con los años.

Vislumbré en primicia, la gran nube de testigos
latente en derredor del cosmos. 
¡Nada hay oculto que no sea manifiesto!

Nuevamente, te exclamé con brío:

¡Aclárame lo profundo de las tinieblas!
¡Manifiéstame las intenciones de los corazones!

Porque ¿Acaso quién me distingue?
O ¿Qué tengo yo que no haya recibido?
Y si lo recibí ¿Porqué habría de gloriarme como si no lo hubiese recibido?
Al final, el conocimiento envanece
Lo único que dignifica es el amor

Nuevamente, pensé en los espíritus secos
Que nunca gustaron de verdadera felicidad
Y el misterio del trapacero
-que despliega sólo lo que saborea tu oído-

¡Ah vanidad!, ¡Vanidades!
Mientras te eleven, surge el amor

Amor humano nacido del miedo,
y allí se ahoga

Así caminan por el orbe 
los yermos corazones
quejándose de no hallar felicidad,
alegan que la vida no tiene sentido
¿Porqué qué dices tal cosa si en verdad nunca las anhelaste?
Quien vive realmente,
camina en la certeza de lo que espera,
con la convicción de lo invisible

Y volví a pensar en los ciclos,
-que existen- para renovar el espíritu.
Y escuché millares de voces atormentadas, que iban por el bosque a tragar savia, a vivir profundamente,
para culminar diciendo "no he vivido nada". 
Y luego (me respondi) 
En los pocos años de mi exigua vida “el miedo menguó, rejuveneció mi interior, realmente siento que he vivido”


*