viernes, agosto 1

Danzar de los Arenques

Aún el terco mar
imparte su fragancia

-tan perpetua y sombría-
aclaraba aquella danza
sin disturbios ni postizos

el uno zigzaguea, emulado por millares
y el agregado esboza colosales figuras

los hechizados comensales
mecen al son de la trova
en tanto rebosa 

un lago en sus bocas

-los arenques-
percatados de su desventura
¡Persisten!
ceñidos al movimiento
mientras fenecen los acólitos

Saciando apetitos

si algo muere aquella tarde
entre algas emergen
para danzar de nuevo.

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