viernes, agosto 1

Huellas

 Te descubren

Te conocen
Te buscan

Te siguen

¡Estás sellado!

No puedes mentir
No puedes borrarlas

¡No puedes cambiarlas!

Tu espíritu se esfuma

Tu aliento te abandona

¡Ellas permanecen!

Peces Dormilones

Moraban atinados

calados en lo lóbrego

Mecían
Rizaban
Inhalaban

Columpiados por una débil marea

-Sibilinas quimeras-
¡Recónditas!

Yacían como recebo acunado
Bajo el albor de la luna
-pececillos dormilones-

Aquel lirio de mar

 Serpenteada por el impetuoso piélago

Lo aprecié ignoto
entre la bruna

Un extraño animal
-mutaba-
Contorneaba
Ostentaba su cáliz
Cerraba
Reaparecía

Aquel misterioso y extravagante ser, flameaba frente a mis ojos
Mientras el iracundo piélago me sacudía

¿Era un sueño?

Abrigado entre placas óseas, exhibía un cuerpo disco
Ceñido al lecho por un tallo largo, sus brazos de crines plumosas elevaban trémulos, y con un desplegar tornaba sus brillantes colores


-seducida me acerqué-
Mis ojos no pudieron contenerse
-maldita curiosidad-


¡Tañé!

Su calcáreo cuerpo –se ennegreció-
Entumecido entre mis manos

Las lágrimas brotaron
-No era un sueño-

Danzar de los Arenques

Aún el terco mar
imparte su fragancia

-tan perpetua y sombría-
aclaraba aquella danza
sin disturbios ni postizos

el uno zigzaguea, emulado por millares
y el agregado esboza colosales figuras

los hechizados comensales
mecen al son de la trova
en tanto rebosa 

un lago en sus bocas

-los arenques-
percatados de su desventura
¡Persisten!
ceñidos al movimiento
mientras fenecen los acólitos

Saciando apetitos

si algo muere aquella tarde
entre algas emergen
para danzar de nuevo.

miércoles, junio 29

Margarita, Isla bendita

 Aroma a aire limpio

De robles, yaques y palosanos

Donde la brisa acaricia tu rostro

Y el sol tuesta tus vestidos


Tierra de sal y vientos

Roja, negra y amarilla

Los mangos llueven sin ser sembrados

Mientras un río corre bajo tus pies


Tierra bendita y misericordiosa 

De pitahayas, yaureros y pitigüeyes 

No eres la más agraciada de las tierras

Pero amañas al más inconstante de los viajeros


Pedacito de tierra en medio del mar

Con cielos turquesas, rojos y violetas

A veces violentos, con rayos, truenos y tormentas

Pero siempre eres noble, Tu ira no perdura


Tierra amada que me vio nacer

Me enseñaste la opulencia y la escasez

La sabiduría, el amor y el dolor

Llevo impregnada tu esencia en mis huesos

Te llevaré hasta los confines del orbe


Calles de caminar lento y reflexivo

llenas de historias tristes y alegres

de comercios, saqueos y contrabandos,

de incendios, de guerras y de paz


Estrechas calles que son camino del viento

Vestidas de hermosos colores

Donde el sol se levanta y también se acuesta


Tierra mestiza llena de historia

Tan pequeña y tan compleja,

Tan estratégica y perturbadora

Acá empezó todo, acá también terminará.


Mares índigos y salvajes

llenos de peces, corales y tortugas


Tus arenas no son mezquinas...

regalas guacucos, guamos y chipichipis

Aquí no hay lugar para el hambre

Solo para el agradecimiento!


Tierra de cerros, montañas y macizos

Compuestas por cuarzos, arenas y arcillas  

Al olor del agua te derrumbas

Pero el tiempo y el sol sanarán tus heridas


Olor a venados, conejos y mapurites

decorados con monos, serpientes y arañas

Cielos visitados por aves de todo el mundo

con cantos de azulejos, reinitas y guacharacas


Tus hermosos bordes protegidos por manglares

llenos de lisas, camarones y flamencos


Gente sencilla, noble y temeraria

Gente de mar, de ciudad y de montañas

En esta tierra te conocí

Te busqué y te hallé


Tierra amada por su Creador

Bendecida y protegida por su Redentor

Tierra que te alaba y te bendice

Tierra llena de Tu paz


Oh tierra mía, si algún día te dejare

llevaré tus enseñanzas hasta los confines del orbe

Gracias por formarme, criarme y educarme

Oh amada tierra, mi Isla de Margarita


La Asunción, 03 de enero de 2017


Por. Jemimah Rivera

domingo, julio 31



Concurrente en lo más próximo del tacto. Así es la muerte. Siempre. 


¡Cuánto garrotazo! 
Como efecto de ataviar codiciados frutos.
Y aquello que puedo ser capaz de expresar y entender, de pronto me invade. 
Y el cuerpo -tan fugaz como un soplo-  es proyectado en esa ínfima fracción de tiempo. En el espejo de lo real. 
Un instante donde todo sucumbe o se eleva
o no pasa nada.
Y en la batida observo y te clamo
y apareces con tus millares de ejércitos.
¿Seré experimentada en paciencia? Aún no. El camino no termina.  
¿Frágil? Me cimenté en la piedra angular donde todo reverdece.
Pero este perecedero semblante no es más que envoltorio.  Adentro, lo más profundo, estás tú, mi gran fuerza. Te permití entrar desde pequeña. Tantas veces creí no me amabas, otras tantas de amor me fundías. Tanto dulce, tanto amargo, frío y cálido. Pero siempre te sentía. Fuerte. Tantas veces te desprecié, sin saber que me laceraba a mí misma. Pero siempre Tú me anegas con toda magia y poder. Preservándome como especial tesoro, pasando por alto todos mis yerros, me haces volver, elevándome hasta tu lugar, con tal fuerza que estoy llena de verdadera vida. El-Shaddai mi gran amor.

Cerro Copey 9/07/2011 
9:30





lunes, marzo 28

tertulia con lo intangible

Percibía embelesada el silbo de aquel inmune huerto.
Y allí retorné.
 despojada y descalza
desnudo el corazón
presta a hallar Tus Misterios,
Ceñida del verás amor
Me fue revelado lo oculto a estos ojos de carne,
Tan vanos y falaces
deseé extirparlos,
...pero transfiguraron con los años.

Vislumbré en primicia, la gran nube de testigos
latente en derredor del cosmos. 
¡Nada hay oculto que no sea manifiesto!

Nuevamente, te exclamé con brío:

¡Aclárame lo profundo de las tinieblas!
¡Manifiéstame las intenciones de los corazones!

Porque ¿Acaso quién me distingue?
O ¿Qué tengo yo que no haya recibido?
Y si lo recibí ¿Porqué habría de gloriarme como si no lo hubiese recibido?
Al final, el conocimiento envanece
Lo único que dignifica es el amor

Nuevamente, pensé en los espíritus secos
Que nunca gustaron de verdadera felicidad
Y el misterio del trapacero
-que despliega sólo lo que saborea tu oído-

¡Ah vanidad!, ¡Vanidades!
Mientras te eleven, surge el amor

Amor humano nacido del miedo,
y allí se ahoga

Así caminan por el orbe 
los yermos corazones
quejándose de no hallar felicidad,
alegan que la vida no tiene sentido
¿Porqué qué dices tal cosa si en verdad nunca las anhelaste?
Quien vive realmente,
camina en la certeza de lo que espera,
con la convicción de lo invisible

Y volví a pensar en los ciclos,
-que existen- para renovar el espíritu.
Y escuché millares de voces atormentadas, que iban por el bosque a tragar savia, a vivir profundamente,
para culminar diciendo "no he vivido nada". 
Y luego (me respondi) 
En los pocos años de mi exigua vida “el miedo menguó, rejuveneció mi interior, realmente siento que he vivido”


*

jueves, diciembre 23

detrás de los visos

En medio de figuras y soplos
se avivan los indicios al abismo.
Es probable, que mi atrofiada mente, no sea capaz de descifrar los arcanos de la esencia.
Pero hoy, escruté la vasta faena que ha sido creada para el Homo.
Yugo pesado, desde que emerge del vientre.
Preso de sus cavilaciones, y del temor de su corazón.

Al descansar, la lobreguez perturba el juicio:

Y allí está el vacío. Siempre
¿Con qué llenarlo? Dime: ¿Qué elegirás?
Pues el camino más fácil. El pernicioso.

¿Para qué encontrarse con uno mismo?

Y el saco siempre estuvo roto.
Y lo sabías. Pero no querías saberlo.

Y la minúscula caries
Objeto de desidia, ya es un cáncer.
Y lo sabías. Pero el dolor forma parte de tu vida.
Y te gusta. Sabes que te gusta.

Y continuó escribiéndose la historia
Con un sendero negro
Adornado de mentiras
Y lo sabías. Pero es mejor así ¿Para qué enfrentar la verdad?

Y allí está el engaño. Siempre
¿Para qué saber la verdad si no gusta?
Y siempre, sigues al líder de la multitud. Tu gran refugio

(Un montón de espíritus secos, siguiendo a uno más seco)

Y así se va secando tu vida.
Y aquel saco roto, que nunca atendiste
-es menos que la nada-
Ahora te entregas al abismo
Lleno de miedos y confusión

¿Despertarás?
Tal vez, tal vez nunca
¿Será necesario despertar?
.
.
.

Ahora pregunto ¿A quién le sirves?






*

viernes, octubre 22

Lo magno de la vida


Luego de dos años de ausencia literaria -aparezco-.
Hoy no deseo hacer una composición. No.     
Solo plasmaré lo que me fue revelado.


Hace poco, presencié la muerte de alguien que no fue amado por nadie.  
Nunca antes sentí tanto frío en el corazón.
Ver el final de aquella mujer opulenta, que para muchos tenía una vida envidiable, me laceró.
Jamás pensé que moriría sola, sin amor y con una horrible mueca.


¿Porqué cargamos tanto miedo?


Y el espíritu me llevó a escudriñar lo profundo del corazón, 
y pensé en los espíritus secos que colman el orbe, espíritus vivos que nunca vivieron.
Y pensé en la triste vida de aquellos que llenan su alma “hasta de la palabra vacío”

Y seguí pensando, hasta que Tú me dijiste:


¿Acaso no sabes que lo magno de la vida es el Amor?,
Pero en el amor no existe el miedo”



Ahora pregunto a los lectores:


¿De dónde proviene el verdadero Amor?







-

miércoles, abril 21

Inteligencia

concebida por mortales como la potestad de conocer, razonar y discernir.

No es más que la capacidad de saber alejarse del mal.


*

corpus

El espíritu mutable hace al agua la reina de esta vida.
y pienso y pienso
y cada vez que pienso, las cosas mutan y se adaptan

se tornan los giros y el pasado se borra

y así me observe sentada y descalza, divagando y confundiendo 
mi libre, pero aún atrofiada mente.
Todos los días las cosas cambian de lugar
y el agua sigue reinando la vida.

Un giro retorna y todo vuelve al mismo punto donde germina la savia

y vuelvo y observo la flor marchita, brotar al apogeo de lo sublime
para luego quedar olvidada al espacio.

Tal vez pienso en las huellas –siempre perennes-
y en aquel segundo en el que todo sucumbe o se eleva
o no pasa nada.

Y pienso en lo que me toca y pienso en la muerte y no hago más que pensar el porqué los ciclos,
y en el alma que está sujeta a este cuerpo de barro,
y en que somos minúsculos dioses presos de la vanidad, 
destinados a perecer

Y vuelvo y pienso en el cuerpo, que se alimenta –no solo de hogazas–
sino de toda palabra que viene de -La Providencia-.
Y veo como el cuerpo defeca, lo veo destruido o floreciente
y sigo pensando
y mi mente se abisma y un segundo se eterniza
y todo regresa a su lugar

y ahora te hablo y te pregunto:

¿Qué es lo magno de la vida?